Otra historia más en mi catálogo, Jera Romance, y una muy especial para mí, ya que es la última novela de la serie que protagoniza mi motero favorito, el irlandés Dylan Mitchell, y por otras razones que te comento más abajo.

¡Y también es otro día D! ¡Sí, señora! El vigésimo quinto al que he sobrevivido. ¿Sabes? No creo que vayas a encontrar un solo escritor en el planeta que diga que lleva bien estos días, pero sí que verás que, aunque para todos hay una emoción en común -la ansiedad-, la experiencia en su conjunto es única para cada uno de nosotros. ¿A qué me refiero? Te lo explico con un ejemplo.

Leía estos días en una red social que algunos escritores también suman una cierta tristeza a la ansiedad propia de los días de lanzamiento. Es el momento de dejar volar la nueva historia y, por lo tanto, de separarse de unos personajes con quienes han pasado mucho tiempo.

Para mí, en cambio, es un momento de felicidad y de liberación. Felicidad porque solo yo puedo dar vida a mis personajes, contar su historia, y que exista otro día D en mi vida implica que he vuelto a conseguirlo; esa historia ya «es». Liberación porque siempre tengo otras historias empujando, presionándome para que les permita tomar forma real, y poner fin a la novela que tengo entre manos, supone que estas vuelven a estar libres para trabajar en una nueva. ¡Yihhhhhaaaaa!

Todas mis novelas son especiales para mí, como indico más arriba, esta lo es un poquito más, pero siempre me gusta darte algunas pinceladas que te expliquen qué es lo especial que tú encontrarás en ellas, así que… ¡Empecemos!

Los moteros del MidWay 5 (LMDM-5) es una historia que habla de la resiliencia, del poder transformador del perdón y, por supuesto, de amor. A través de ella me permito abordar el difícil tema del perdón y hacerlo como a mí me gusta; desde distintos ángulos. Creo que «todo depende del punto que lo mires» y me encanta cuando una historia me sirve en bandeja la oportunidad de desafiar las ideas preconcebidas que sobre una tema puedan tener mis lectoras, dándoles la ocasión de «calzarse otros zapatos» y ver qué tal les sientan.