Novela romántica

Los moteros del MidWay, 5

Noticias inesperadas.

- Menorca -


Extras Serie Moteros # 11


4ª Pareja invitada...

¡Y un bocadito romántico!


Y hoy le toca el turno a la última pareja invitada a tomar parte en  LMDM-5. Ellos son...

REDOBLE DE TAMBORES


Los moteros del MidWay, 5. 4º Pareja invitada: Jaume y Anna.

¡Jaume y Anna!


Esta es otra pareja de la que hace tiempo que no tienes noticias y estoy segura de que te va a encantar volver a pasar tiempo junto a ellos.

Para ayudarte a que te sitúes en contexto, te recuerdo que Anna y Jaume fueron novios de jóvenes y que volvieron a encontrarse durante las primeras fiestas que Anna pasa en Menorca tras treinta años viviendo en Londres. Vuelve a surgir la chispa, pero el diagnóstico de E.L.A de Anna hace que sus circunstancias sean muy diferentes ahora y no está por la labor de permitir que esa chispa se convierta en algo más. Prefiere que sigan siendo amigos. 

Pero Jaume, que está al tanto de su enfermedad aunque ella no lo sepa, ha vuelto decidido a hacer lo que sea necesario para seguir junto a ella. No está dispuesto a perderla, como hizo la primera vez, y ante tanta determinación por su parte, Anna acaba cediendo y ambos se embarcan en una relación amorosa. Una relación que cuenta con las bendiciones de toda la familia, excepto uno de sus miembros; Danny, el único hijo varón de Anna, quien no solo se opone, sino que combate a Jaume de todas las formas posibles.

Cuando los vimos por última vez, pocos días antes de la boda de Andy, Anna sufre una importante recaída en su enfermedad que pone en alerta a toda la familia. Y para gran disgusto de Danny, Jaume cierra filas en torno a ella…





«... Mientras tanto en la casa familiar de los Estellés…


Neus no ocultó su sorpresa al abrir la puerta y encontrar a Jaume al otro lado.

—Pero hombre… Te dije que dormía… —comentó, pero enseguida se acercó a depositar los consabidos dos besos en las mejillas del constructor de barcos tras lo cual se hizo a un lado para dejarlo entrar.

Él venía con sus pintas deportivas elegantes y todavía traía el cabello húmedo, lo cual sumado al bolso de manos que portaba, le indicó a Neus que venía de su casa equipado para quedarse.

—Y yo te respondí que vendría igual…

—Anna se va a enfadar. Nos ha reñido a todos, empezando por su hija, para que te dejáramos en paz y pudieras acabar con ese pedido. Menos mal que su médico chino le puso esas agujas mágicas y la hizo dormir como un lirón toda la tarde, que si no… ¡Menudo rapapolvo[1], chico!

Jaume le ofreció una sonrisa.

—¿Y tú te lo has tragado? —Sacudió la cabeza—. Tu hermana tiene tantas ganas de verme como yo de verla ella. No te preocupes que ni se va a enfadar ni va a reñir a nadie.

Neus sonrió. Siguió a Jaume mientras él atravesaba el patio, el salón y finalmente alcanzaba la habitación de Anna donde ella hojeaba una revista, guardando cama tal y como el médico le había indicado. La expresión de su rostro cambió completamente al verlo. Ella dejó caer la revista y, simplemente, extendió los brazos hacía él.

—Ay, Jaume, qué suerte que estés aquí… —murmuró, acurrucándose contra el pecho masculino y dejándose acunar por él.

—¿Dónde iba a estar, tonta? Lamento no haber podido llegar antes, pero ya estoy aquí y no pienso marcharme —dijo, señalándole con un dedo el bolso que acababa de dejar junto a la cama—. Y no se te ocurra intentar hacerme cambiar de idea, ni soltarme alguna de tu larga lista de excusas por las cuales no es bueno que yo me quede a dormir en tu casa porque, señorita, me voy a quedar igual.

Los ojos de Anna recorrieron amorosamente el rostro masculino. Por supuesto, no pensaba hacer nada de eso. Al contrario, estaba agradecida de que él fuera tan bueno leyéndole la mente, ya que eso era justamente lo que necesitaba; lo necesitaba a él. De otra forma, no estaba segura de ser capaz de soportar la situación.

—Mira que puedo llamar a la policía… —repuso ella con un esbozo de sonrisa.

—Preciosa mía, como si decides llamar a los GEO, a los legionarios y a quien te dé la gana. De aquí no pienso moverme —tras lo cual, olvidándose por completo de que Neus continuaba junto al quicio de la puerta, se inclinó sobre Anna y la besó largamente.

De buen grado, Neus se habría quedado allí durante un rato, contemplándolos. La verdad era que le encantaba que su hermana mantuviera una relación tan bonita con alguien que había sido tan importante en su juventud. Hacían buena pareja y él se había ocupado de demostrarle a todos que no era un hombre que tropezara dos veces con la misma piedra; esta vez nada lo apartaría de ella. Ni a ella de él. A regañadientes, dejó de deleitarse en esa visión tan tierna para permitirles estar a solas. Regresó al salón justo en el momento en el que su hermana y su sobrino volvían de dar un paseo con la pequeña Luz.

—¿Cómo está Anna? —quiso saber Roser.

—Ahora, estupenda; acaba de llegar Jaume —repuso Neus al tiempo que tomaba en brazos a la niña y empezaba jugar con ella—. ¿Cómo tratan hoy los dientes a mi niña favorita? ¡Uy, pero si ya casi asoman dos dientecitos, Luz! ¡Pobre, cómo debe dolerte! 

—¿Ese ya está aquí otra vez? —se quejó Danny

Neus miró a su sobrino. El muchacho ya se había puesto verde de rabia y ni siquiera tenía el constructor de barcos a la vista. La cosa iba mejorando.

—¿Sabes, sobrino? Empieza a ser hora de que dejes de mirarlo tan mal. Es un buen hombre y, además, tu madre lo adora. No seas tan egoísta, Danny.

—Vaya, Neus, te has convertido en mí y yo sin enterarme… —comentó Roser asombrada de oír a su hermana reprender al muchacho. 

—Sí, todo lo que tú digas, pero es un pesado —repuso Danny, alejándose del salón—. ¿Es que no tiene su casa que siempre tiene que estar metido aquí?

—¡Golpea la puerta antes de entrar! —le dijo en voz alta y haciéndole un guiño a su hermana, añadió—: No sea que acabe llevándose otro disgusto…

Pero lo que Danny acabó llevándose fue una sorpresa, ya que al girar en el pasillo para dirigirse a la habitación de su madre, se encontró con ella de frente; venía en brazos de Jaume quien la conducía al salón.

—Tiene que estar en la cama… —atinó a decir el muchacho.

—¡Hola, cariño! —lo saludó su madre, estirando una mano para que Danny la tomara. Algo de lo que él, completamente atento a lo que hacía aquel tipo que le caía fatal, no se percató. 

—No te preocupes, Danny. Tu madre está bien… —repuso Jaume que ni siquiera se detuvo. Pasó a su lado y una vez en el salón, depositó a Anna suavemente sobre el sofá de tres plazas al tiempo que empezaba a dar indicaciones.

—Habría que subir un poco la temperatura, Neus. Aquí está demasiado fresco. ¿Traes sus almohadas, Danny, por favor? 

Las hermanas se miraron dudosas, pero al ver la expresión complacida de la enferma, Neus fue la primera en mostrar su acuerdo con una sonrisa. Roser, sin embargo, no lo tenía tan claro.

—¿Es buena idea tenerla aquí? —preguntó—. El médico ha dicho que debe descansar y si la ponemos en el centro de la reunión, hará de todo menos descansar.

Jaume acarició la mejilla de Anna suavemente

—¿Estás cómoda?

Ella se arrellanó en el sofá buscando una buena postura. Al fin, asintió con la cabeza.

—No te preocupes, mujer —le dijo Jaume a Roser—. Ha dormido toda la tarde y buena parte de la mañana, ha comido bien, ha sido una buena chica y como premio, cenará tranquilamente en su sofá, rodeada de su familia, que es la mejor medicina, ¿verdad, preciosa?

—Sí, por favor… Creo que duermo tanto de pura frustración. Odio estar en cama, no poder moverme cuando hay tanto que hacer. Y ya no hablemos de perderme estos días tan importantes para Andy…

—Lo sé, preciosa, lo sé. Paso a paso, ¿vale? 

Danny regresó al salón con dos almohadas y una manta ligera y se las entregó a Jaume con brusquedad. A continuación, colándose en el mínimo espacio que había entre él y el sofá, abrazó a Anna.

—¿Cómo estás, mami? ¿Y el dolor?

Ella despeinó cariñosamente la cabeza de su hijo.

—Estoy mejor, Danny. Gracias, hijo. Y no te preocupes, ¿eh? No pasa nada.

—¿En serio? ¿No nos mientes?

La preocupación patente en la mirada de su hijo le estrujó el corazón. Lo atrajo hacia ella con ternura hasta que el muchacho apoyó la cabeza en su pecho y continuó acariciando su cabello.

—No, cariño, claro que no. Es solo que me pasé de lista y mi cuerpo me recordó que ya no estoy para esos trotes… Pero ya verás que con unos días de reposo, quedaré como nueva. —Mentía, por supuesto que mentía. Sabía que esta vez ni todo el descanso del mundo la dejaría como nueva. Apenas podía llegar de la cama al baño sobre sus dos piernas sin asirse de lo que encontraba a su paso. Apenas podía sostener el vaso de agua para tomar sus medicinas… 

Poco después, todos se acomodaron en torno a ella, volvieron las conversaciones y las risas, y la vida volvió a ser para Anna algo lejanamente parecido a la normalidad. 

Una normalidad que, sabía, ya no regresaría. ...»


Momentos Especiales - Dylan & Andy.

Capítulo 7 (fragmento)




¿Qué tal sigue la relación ahora? ¿Cómo está Anna? ¿Danny sigue haciéndole la guerra a Jaume o al fin ha comprendido que la quiere de verdad y que esta vez ha venido para quedarse?

Si te has encariñado de esta pareja tanto como yo, vas a disfrutar muchísimo de lo que verás suceder en Los moteros del MidWay 5. Noticias inesperadas. Menorca.

Como apunte final, que sepas que, aunque te he presentado a cuatro parejas, no son las únicas que verás. Me he guardado una sorpresa que vale doble porque, desde ya puedo decirte, que NO te la esperas. Y como se suele decir, «hasta aquí puedo leer» ;)


Y ahora vamos con el bocadito romántico


El viernes 30 de julio llega a todas las plataformas y tiendas online, la que será la última novela de la Serie Moteros protagonizada por mi motero favorito, el irlandés Dylan Mitchell, y su chica, Andy Avery, y he pensado que estaría bien abrir el telón y dejarte saborear un poquito de esta nueva historia. ¿Qué te parece la idea? ¡Bieeeeennnn!

(Es un PDF. Puedes leerlo online o descargarlo).



¡Buenísima lectura y gracias por acompañarme en esta aventura!






Los moteros del MidWay, 5. Noticias inesperadas. Menorca. Extras Serie Moteros 11

Los moteros del MidWay, 5.

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